martes, 27 de marzo de 2012

Noticia: El crecimiento del comercio electrónico desata una guerra fiscal entre estados brasileños




La facturación del e-commerce crece a un ritmo superior a 25% al año
ribamar oliveira y maira magro Brasilia
El gobierno de Dilma Rousseff busca resolver otro conflicto entre los estados brasileños, que se está transformando en una nueva guerra fiscal. El ministro de Hacienda, Guido Mantega, pidió que el Senado apruebe lo más rápido posible la propuesta de enmienda constitucional (PEC) que modifica el sistema de cobro del Impuesto sobre la Circulación de Mercancías y Servicios (ICMS) en las ventas a través de internet, el llamado comercio electrónico.
Actualmente, casi todo el ingreso del ICMS en el e-commerce se queda en los estados de las regiones sur y sudeste del país, principalmente en San Pablo y Rio de Janeiro, donde están las denominadas empresas puntocom. Los demás estados, que no tienen esas firmas, intentan participar de la torta, cobrando una alícuota adicional del ICMS sobre esas operaciones, pero esa metodología se está cuestionando en la Justicia con el argumento de la doble tributación.
Secretarios de Economía de varios estados consideran que algunos gobernadores están concediendo incentivos fiscales para que las puntocom se instalen en sus territorios. “Tenemos informaciones que indican que los centros de distribución están en esos estados (del sur y sudeste) por la concesión de incentivos”, dijo el secretario de Hacienda de Ceará, Mauro Benevides Filho. El secretario adjunto del Fisco de Mato Grosso, Marcel Souza de Curci, afirmó que debido a los incentivos la carga tributaria promedio que cobran los estados donde se originan esas operaciones sería de solo 3%.
El comercio electrónico no existía en la época en que se promulgó la actual Constitución, que contempla solamente las formas tradicionales de venta. De acuerdo a esa metodología, la incidencia del ICMS tiene lugar donde se origina la mercancía, en el caso que el destinatario no sea contribuyente del impuesto. La PEC que respalda el gobierno explicita que parte del ICMS incidente en las llamadas ventas no presenciales, como en el caso del e-commerce, pasará al estado al que se destina el producto, y determina que el Senado deberá definir la forma de llevarlo adelante. Mientras esto no ocurra, los estados destinatarios se quedarán con 70% de la diferencia entre la alícuota interna y la inter-estadual del ICMS.
La facturación del e-commerce viene creciendo a un ritmo superior a 25% al año y llegó a R$ 18.700 millones en 2011, según cálculos de e-bit, unidad del grupo Buscapé.
La cantidad de consumidores creció cerca de 9 millones en relación al año anterior, lo que según Trinchao, que se desempeña como secretario de Economía de Maranhao, afectará negativamente a las empresas minoristas en los estados, con la reducción del número de puestos de trabajo.
Las pérdidas en el comercio minorista se reflejan en la recaudación de los estados del norte, nordeste y centro-oeste. Bahia dijo que perdió R$ 90 millones en 2010, antes de comenzar a cobrar un adicional sobre esas operaciones. En Mato Grosso, los perjuicios son más altos. “El comercio electrónico le cuesta a nuestro estado casi R$ 300 millones por año”, afirmó el secretario adjunto.

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